LOCIONES CORPORALES Y AROMÁTICAS

Las plantas además de desempeñar un papel fundamental en el equilibrio ecológico del planeta, desde tiempos remotos han estado íntimamente ligadas al bienestar físico, emocional y espiritual de las personas.
Y siguen siendo el tema por el cuál giran una gran cantidad de investigaciones y descubrimientos. El 30% de los medicamentos recetados en Estados Unidos se basan en compuestos naturales provenientes de las plantas y cada año se asignan millones de dólares a Universidades para buscar nuevos agentes terapéuticos que yacen sin ser descubiertos en cortezas, raíces, flores, semillas y follajes que recubren los bosques, junglas y grandes regiones silvestres de todo el mundo.
Así como las plantas también los aceites esenciales y los extractos han estado ligados a la historia desde tiempos inmemoriales. Se han utilizado con fines medicinales para matar virus, bacterias, parásitos y hongos. Proporcionan exquisitas fragancias para estabilizar el estado anímico, levantar la moral, disipar emociones negativas y crear una atmósfera romántica. Son capaces de estimular nervios, pueden incluso aportar nutrientes a las células y oxigenarlas.

Serenidad y Dulces Sueños

Optimismo y Alegría de Vivir

Placer y Sensualidad

Atención y Concentración

Protección, Rescate y Equilibrio

Meditación y Conexión

Abundancia y Bienestar

Son líquidos aromáticos, volátiles extraídos de arbustos, flores, árboles, raíces, matas y semillas. Presentan una composición química muy compleja: cada uno puede contener cientos de compuestos químicos diferentes y únicos. Los Aceites esenciales son altamente concentrados y más potentes que las hierbas secas. El proceso de destilación es lo que los hace tan puros y concentrados. También se diferencian de los aceites vegetales como el cacahuate, oliva y maíz ya que no son grasos y no obstruyen los poros como ocurre con muchos de los vegetales. Muchos de los aceites esenciales son poderosos antibacterianos. Investigaciones realizadas han demostrado que los efectos de las fragancias y los compuestos aromáticos en el sentido del olfato pueden también afectar el cerebro, especialmente el hipotálamo (centro de comando hormonal del organismo) y el sistema límbico e incluso pueden incrementar marcadamente la oxigenación y actividad cerebral. La capacidad que tienen los aceites esenciales para actuar tanto en la mente como en el cuerpo es lo que les confiere esa particularidad que los distingue del resto de los agentes terapéuticos naturales. La fragancia de algunos de estos aceites pueden resultar muy estimulantes, tanto física como psicológicamente y el aroma de otros puede aportar efectos calmantes y sedantes, lo que puede ayudar a combatir la ansiedad y la hiperactividad. Las dos formas más comunes de aplicar los aceites esenciales son la difusión del aroma por aire frío y la aplicación en forma tópica puro (sin diluir). Otras formas pueden ser incorporarlos a las disciplinas de la reflexología, masajes etc. Al combinar estas disciplinas con los aceites se aumenta su efecto terapéutico y a menudo se consiguen resultados sorprendentes.